sábado, 10 de noviembre de 2007

Bagdad en llamas


Riverbend, la joven iraquí que tiene un blog que puede leerse en castellano llegó a Siria escapando de la guerra. Cuenta cómo le costó tres semanas quitarse algunos hábitos que adquirió en Bagdad durante los más de cuatro años que van de invasión, “como esquivar los ojos de la gente en la calle o murmurar en tu interior oraciones enloquecidamente cuando te ves atrapada en un atasco de tráfico”.

Se estima que hay al menos 1,2 millones de iraquíes en Siria. Riverbend describe cómo no pregunta por conocidos que hace tiempo que no ve por miedo a la respuesta, cómo la gente parece haber envejecido de golpe, la manera en que se resignó a ser una refugiada más, la incertidumbre de depender de visados caprichosos y el llanto que le arrebató el aliento la primera noche que pasó en Siria: “Esa noche lloré porque por primera vez en mucho tiempo, tan lejos de casa, sentí la unidad que nos fue robada en 2003”.

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