viernes, 18 de junio de 2010

Atrapado en un viaje


Juan Pablo Meneses escribió sobre el pueblo donde viven muchos de los jubilados que trabajaron como fenómenos (freaks) en los circos estadounidenses; persiguió en Kenia a las piernas atléticas de los corredores de larga distancia; retrató a los corajudos niños boxeadores del sur chileno; contó la historia de los amazon boys, muchachos que en la Amazonía peruana se dedican a enamorar a turistas gringas; cuestionó a Manu Chao; compró una vaca, la crió, la engordó, ¿la llevó al matadero? y lo contó; viajó con una barra brava que llevaba una granada de mano en el colectivo y definió aquello que hace desde hace más de 10 años como periodismo portátil: viajar para contarlo.

Meneses estuvo en Córdoba y presentó su último libro, Hotel España, donde recorre Latinoamérica hospedándose en los hoteles que fueron fundados con la esperanza de que ese nombre les diera brillo, y que ahora son “una metáfora que funciona perfecto para el Bicentenario: la mayoría de estos hoteles están viejos, decadentes, abandonados”, nos contó el escritor chileno. Y remató: “Después del viaje siento que en la América latina de hoy, España es un hotel viejo. Así la vemos”.

–El libro se llama Hotel España, un nuevo descubrimiento de América latina ¿qué descubriste de Latinoamérica en tu viaje?
–Muchas veces somos una simple escenografía. Un decorado por el que siempre vemos pasar buses llenos de gringos cargando mochilas que nos toman fotos. En el viaje me crucé con lo que uno ya sabe. Somos una región llena de desigualdades: tenemos 200 millones de pobres y el hombre más rico del planeta. Pero, también, me topé con que vivimos en constante estado de emergencia. Y no sólo porque tengamos 1.200 muertos al día por violencia urbana, sino porque vivimos con esa urgencia de no querer estar aquí. Muchos buscan en sus antepasados aquel pasaporte que nos haga recordar que solo estamos en esta región por accidente, porque en realidad somos de otro lado. En ese sentido, y después de 200 años, América latina todavía no existe.

–¿Qué rol juega España en América latina?
–España juega un rol lejano. Basta darte cuenta de que Estados Unidos, Argentina y México, por ejemplo, tienen una influencia cultural mucho más fuerte en el resto del Continente que la lejana España. Después de recorrer todos los hoteles España de Latinoamérica terminé chocando con una metáfora que funcionaba perfecto para el Bicentenario. La mayoría de estos hoteles eran viejos, decadentes, abandonados. Después del viaje siento que en la América latina de hoy, España es un hotel viejo. Así la vemos.



La adicción. Meneses, creador de la Escuela Móvil de Periodismo Portátil, dejó su trabajo de oficina para comenzar una nueva vida muy diferente: “Cuando comencé con el periodismo portátil y decidí dejar todo para escribir historias y viajar por el mundo, la ilusión era poder hacerlo durante cuatro meses. Han pasado más de 10 años, y sigo en la ruta. Nunca más volví a vivir en mi país, y sigo pasando la mayor parte del tiempo escribiendo historias y viajando. En ese sentido, Hotel España es también una reflexión sobre los costos y las renuncias de dedicar mi vida a eso que parecía una ficción. El día que decidí apostar todo para hacer lo que quería, no sabía que esa misma decisión la iba a tener que tomar todos los días. Había comenzado la adicción. Esto no es algo que uno elige una sola vez, sino que termina siendo una constante diaria. Sigo creyendo que la vida portátil la dejaré el día que realmente lo quiera hacer, pero sé que los centros de rehabilitación y desintoxicación están llenos de personas que pensaban lo mismo".

–¿Cómo es seguir el itinerario del periodismo portátil, salir a la ruta para contarlo? ¿Hay alguna manera especial de mirar?
–Estoy convencido de que cada uno tiene su propia manera de ver el mundo. Por eso defiendo el periodismo de autor, la crónica de autor, la narración de autor. Hoy es fácil toparse con voces que solo son la traducción de una primera versión en inglés, o aquellos que escriben sin ganas ni siquiera para firmar sus textos, o aquellos que hacen una carrera como “cronistas miserias” llenando sus textos de crónica roja, pobreza amarillista, narco-clichés, y dividiendo al mundo entre buenos y malos. Para dedicarte al periodismo portátil creo que es fundamental poder dar con esa voz propia, con esa mirada propia, que no se transmite dando consejos y que está dentro de cada uno. No soy de dar recetas, pero si no vas a decir nada nuevo, si no vas a contar desde otro ángulo, si no vas a sorprendernos con lo que tienes que decir, es mejor que saques a la calle tu mirada. Ahí está todo. La manera más especial de mirar, es entender que el periodismo es callejero.

–¿Este es tu libro más personal?
–Claro, es mi libro más personal por varias razones. Es el que tiene escritas más partes que me dan pudor que se lean, confesiones más bien íntimas referidas a mi vida en los últimos 10 años. También, es el libro donde revelo más secretos de mi oficio. Donde muestro, por primera vez, buena parte de la trastienda de la vida portátil. Y es también una mirada hacia atrás, de las cosas que fueron quedando en el camino, y de aquellas que se agregaron. Es el más personal. Y, por eso mismo, creo que es el libro que siempre quise escribir.

Acá, el autor cuenta su libro:

1 comentario:

Clari dijo...

las experiencias en los viajes son unicas. a mi me encanta. cuando decidi viajar a Bariloche conoci gente de todo el mundo y me lleve muy lindos recuerdos